USANZAS

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/18/2009 12:00:00 a. m.

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"Aniceto juntaba yuyos de la sierra, Güenos pa muchas cosas y pa curar muchas enfermedades y por eso le llamaban yuyero.

Todas las mañanas salía del rancho, a orillas del arroyo, cerca del "Pozo del Obispo", pileta natural donde se represaban las aguas entre las lajas y baño preferido de los veraneantes de Alta Gracia, en aquellos años, de fines del siglo pasado."

ALTA GRACIA - BAÑO DEL OBISPO
(...)
"Trepaba la cuesta, con la agilidad de sus catorce años, pasaba frente a la iglesia parroquial; se santiguaba; doblaba la esquina, en dirección a la sierra y al pasar tiraba algunos hondazos a las gallaretas, que nadaban en el Tajamar, buscando mojarras.

La población terminaba entonces detrás del lago. Después seguían las lomas, cada vez más empinadas hasta la cumbre; peladas las más cercanas al pueblo, porque les habían sacao el monte pa vender la leña.

Aquel día Aniceto tomó el sendero al poniente, entre las jarillas y los espinillos. Empezaban a cantar los cogollos, porque ya estaba el sol alto. Cortó ramitas de palo amarilo, perfumadas de menta, porque le gustaba sentir el olor y se paró frente a un piquillín que negreaba de fruta..."


"Sobre el suelo pedregoso del faldeo, abundaba la peperina, de hoja pequeña verde mate y de fuerte olor a menta.
El muchacho empezó la cosecha, cortando las matas y haciendo atados para la venta. Cortaba las plantas a cierta altura para que pudieran retoñar. Así le había recomendado la madre.

Las hojas servirían para hacerlas en infusión, para echarle al mate y darle sabor a la yerba, para hacer licor, hirviéndolas y echándoles almíbar y aguardiente. Para ayudar a la digestión en los enfermos del estómago y para darles un té a los chicos, cuando les hacía daño la comida."

(...)
"Completada la carga, caminó hasta el arroyo, se tendió en el suelo boca abajo y bebió de la vertiente que hervía, en el fondo de un ojo de agua. Sobre el lecho del arroyo, una alfombra de berros, con sus hojas redondas, ocultaba la corriente. Aniceto arrancó un puñao, para llevarle a la madre, para la ensalada y porque también era remedio."
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Del libro de Juan F. Cafferata "De la Córdoba de Ayer".
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CHUPINA

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/11/2009 12:00:00 a. m.

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"Polderizado", el tajamar se convirtió en un territorio para las escapadas escolares.
Bajo la caricia melancólica de los sauces, más de un guardapolvo blanco y algún que otro turquesa, habrá desafiado la mirada adusta de un busto de Sarmiento, que el tiempo se encargaría de transmutar en una escultura de cuerpo entero, más cerca del agua...

Gloria y loor, honra sin par...

Lejos de las aulas, la lección de historia se desmenuzaba en las preguntas que esta vieja represa nos proponía, la de botánica en la palma traslúcida de una hoja de plátano, deshecha en el fango, mientras que la profunda resignación de los caracoles, nos hablaba de la vida y su empeño rosado por perpetuarse entre las piedras.
Luego estaban las gallaretas con sus nidos flotantes trenzados de algas y las golondrinas, habitando los mechinales jesuíticos para escribir con sus vuelos, un capítulo de zoología...
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Anisacate, 30 de marzo de 1962
Queridas maestras:
Con este humilde presente quiero testimoniar mi recuerdo hacia Uds, deseo de que esta postal sea portadora de mis mejores anhelos y que la suerte las acompañe.
Rufina C. de Aránelez.


Pero el dulce tiempo de la transgresión, se suspendía ante la caligrafía de un pizarrón, un ramo de margaritas algo marchito, refrescándose sobre el florerito plástico del escritorio, el lustre prolijo de los zapatos viejos, el collar de cuentas doradas, acompasadas por la respiración que frente a la clase, nos hacía silabear las palabras paciencia, felicidad, futuro, esperanza...
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AVENIDA

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/04/2009 12:00:00 a. m.

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Una mañana sin fecha:


Quien decida comprender el primitivo argumento del comercio, quizás deba caminar por la calle principal de un pueblo.


Telas desplegadas sobre un mostrador, para que la caricia experta, compruebe las tramas de la elegancia.


Merengadas delicias bajo un domo de cristal, para que los ojos infantiles reclamen con urgencia, los cielos ofrecidos por la miel de caña.
Circulares reflejos, arrebujados en su cofre de terciopelo, aguardando el anular compromiso de una vida compartida hasta la muerte.

En esta villa que comienza a consolidar su corazón mercantil de cartelas y escaparates...
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...el tiempo transita en jardineras con la promesa tibia
de los tambos...


...pedalea rumbo al trabajo, junto a mecánicos
coleópteros...


Pregunta, compara, sonríe, retira sus fotografías
de Casa Pujia...


...busca un jarabe para la tos, tal vez unos lentes nuevos,
quizás un regalo.


Pero algún día, la Avenida Belgrano, se quedará sin árboles y sin cines tradicionales, perderá sus grandes carteles de neón...


La Tienda San Juan, la Confitería Europea y la Joyería París, cerrarán sus puertas y de las mesas del Petit Colón, solo quedarán fantasmales sombras frente a los cajeros automáticos de un banco.


Pocos sabrán que existió un fastuoso Hotel Suizo y quizás algunos lleguen a recordar la distinción nocturna de El Obelisco o el Rose Marie...


Crónicas de un altariano.
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