ORIENTE

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 12/30/2012 12:00:00 a. m.

20

No puedo aferrarme al pasado sin que la muerte me trace una y otra vez con sus coordenadas de silencio.

No puedo proyectarme al futuro sin que la duda me cruce con su trama de posibles alternativas.

Me queda este presente de imágenes ensuciadas por la contingencia, por la vida que fluye, decide y se arrepiente, que insiste en soñar y añorar sobre sus aciertos y errores…

Hace semanas que no he vuelto a recibir postales pero estaba seguro que la última no podía fallar, que el buzón conectado con el pasado y Altaria me entregaría la que preciso para cerrar la colección antes de partir:


No me sorprende hallar una variante de la primera tarjeta que inició este derrotero de nostalgia. Si en aquella, el sepia abría la puerta a una realidad de disipada melancolía sin que su reverso pudiera brindarme una explicación, en los claroscuros de ésta plaza, en ese llano que anticipa mi porvenir, encontré las palabras necesarias:


La casa ya está desmontada, todas mis pertenencias embaladas y listas para la mudanza que busca un destino opuesto a éstas serranías, un horizonte marino en donde embarcar una nueva historia...

“Un día de verano que pronto se volverá pasado…

Hace unos días, sobre este mismo banco de la Plaza Solares, encontré el legado de un viajero del tiempo y así es como supe que mi destino comenzaría a escribirse en el reverso de las postales.
Es curioso cómo la vida se las ingenia para entrelazarnos, pero apenas leí la primera página, me reconocí en aquel niño preguntón, curioso por el misterioso cronista que observaba a su alrededor mientras registraba en palabras lo que las fotografías apenas podían capturar. Por entonces, las palmeras eran pequeñas y hoy son esbeltos penachos que coronan de gloria el paseo dominical, en el futuro, vaya a saber si estarán, por eso hoy inauguro esta bitácora, sabiéndome el continuador de una tradición. Quedan por rescatar del fuego y del olvido, decenas de tarjetas, cartas, papeles y libros, breves historias de los seres humanos que erigieron la belleza de Altaria, para qué, cómo hace unos minutos, un niño se acerque a preguntarme por qué yo también escribo y le responda emocionado:

- Para que nunca olvides cómo es Alta Gracia...”

Crónicas de OTRO altariano.

                FINAL DE LA PRIMERA ÉPOCA

RENACER

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 12/26/2012 12:00:00 a. m.

12

Por cuatro años he recibido postales del pasado, sin tener la certeza de quién pudiera ser el anónimo mecenas de mi colección. A lo sumo, puedo inferir que se trata de un cuidadoso rescatista del paisaje y de las emociones, que semana a semana me fue legando la trama intrincada de una memoria urbana que inevitablemente se desgranará en el olvido.



Oculta en la rúbrica elegante, en la caligrafía hermética, en la ortografía estragada, el sentir de los viajeros y habitantes de una villa serrana fue entintando los retiros o reversos de las tarjetas para ofrecer a distantes parientes y amistades un latido serrano.



Hoy puedo decir que conservo 1458 intentos de asombro, corazones rectangulares de papel que sostienen un imaginario capaz de materializar sobre las ruinas, el esplendor dilapidado en las últimas décadas.



Día a día, noche a noche, la Alta Gracia real, se deslinda de la idealizada Altaria que como un ánima se repliega entre sus muros más antiguos a la espera de su demolición absoluta. Porque de las humilladas balaustradas, del vencido empaque italianizante y del mutilado pintoresquismo, veo erigirse la insípida geometría de la especulación, las medianerías del anonimato, los rótulos multicolores de la banalidad…



Protegidas en diez álbumes, las imágenes que algún altariano le arrebató al tiempo quedarán para que el futuro compare y determine, cuánto de esa magnífica ciudad seguirá palpitando o estará dispuesta a renacer del abandono. Mientras tanto, la extrema indiferencia que ha vuelto la belleza, un bien suntuario y descartable, hiere la sensibilidad de mis días que ven la destrucción como una amenaza sobre lo que resta de estos paisajes.



Quizás… ha llegado el momento exacto para abandonar Alta Gracia, antes que la Gracia se diluya por completo y que Altaria se vuelva una confusa leyenda.

ÚLTIMAS

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 12/21/2012 12:00:00 a. m.

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Penúltimo día del pasado…

“Mientras el cansancio comienza a doblegarme, escribo los pocos renglones vacíos que aún quedan en mi bitácora de viajero del tiempo. Los años se han ido acumulando entre décadas de acelerada y solitaria presencia, revelándome un vacío interior que va descontando la luz vital de mis días.

Así… fui rescatando las extraviadas impresiones de los viajeros, para depositarlas en el buzón del futuro de un coleccionista del pasado.

Así… anduve recolectando las dispersas teselas del mosaico paisajístico de Alta Gracia, para que la nostalgia dejara de ser un penoso silencio.

Así... me encargué de fundar en la memoria de los nostálgicos, una versión abreviada por la ternura y la melancolía de esta ciudad serrana.

Así… pude preservar de la destrucción y el infortunio, la belleza de mi intemporal Altaria.

Hoy debo regresar a mi tiempo para morir, sabiendo que a pesar del fuego, de los escombros y el abandono, el recuerdo de todas las voluntades que hicieron de este enclave mi axis mundi, está a salvo en las miradas infantiles que se asoman por los ventanales de Barrio Norte, en las pequeñas manos que acarician el calicanto mientras pescan en el tajamar, en las nimias huellas que marcan el territorio de los jardines, los baldíos, los potreros, los patios, los senderos de las plazas...

Dejo entre estas páginas, el legado de un puñado de paisajes afectivos y de postales humanas."

Crónicas de un Altariano






(Continuará...)

Tema: Postcards, Alexandre Desplat

TEORÍAS

Posted by Walterio | Posted in , , , , , | Posted on 12/16/2012 12:00:00 a. m.

8

 
 
“Una de las edificaciones emblemáticas que identifican a Alta Gracia es la torre de su Reloj Público, una construcción de casi cuarenta metros de altura que impone su presencia en el mismo centro de la ciudad, a la vera del jesuítico Tajamar.

A nivel de la calle, una puerta de doble hoja permite el acceso al edificio, en cuyo interior funciona una breve dependencia municipal destinada a ofrecer información turística a los cientos de paseantes que diariamente visitan la ciudad.

En lo alto de la torre, una vieja pero cuidada máquina de contar tiempo se anuncia indefectiblemente cada media hora con metálicas campanadas que en las alturas echan a volar a las inquilinas palomas y en la calle apuran el paso de los demorados.

Una calurosa mañana de febrero, las informantes turísticas abandonan alborotadas sus puestos de trabajo, pues en uno de los rincones del escueto recinto una extraña voluta de humo blanco se eleva lentamente a partir de una hendija abierta en el piso, próxima a la pared.

Ya en la calle, las sorprendidas mujeres comentan la rareza con un inspector de tránsito apostado en esa esquina y un puñado de ocasionales peatones.

“¿Están seguras?”, pregunta incrédulo el inspector desde su refulgente chaleco anaranjado. “Debe ser un pucho mal apagado”, asegura con tono petulante un tipo con pinta de saberlo todo. “Imposible, señor. Por tratarse de una dependencia pública, adentro está prohibido fumar”, puntualiza una de las empleadas.
 
 
Acuciados por el relato de las mujeres, un grupo de curiosos ingresa al edificio para comprobar el suceso con ojos propios. Uno de los hombres, el más joven y audaz de ellos, se acuclilla en el referido rincón y acerca su nariz a la fumarola, en un intento por identificar el origen del fenómeno. Sin embargo, no es el olfato el que le da una señal, sino su oído. “¡Escuchen!”, susurra el joven con un dedo en alto que solicita atención. Todos hacen silencio y sigilosamente avanzan a la vez -uno, dos, tres pasos; como si el grupo fuera una única entidad-, para poder oír un leve siseo que proviene del mismo resquicio a través del cual se desprende el vapor.

Afuera una sirena ensordecedora llega y se estaciona en la esquina, trayendo consigo un camión del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, el cual ha acudido urgente al nervioso llamado de una de las empleadas.

Hacha en mano, un ágil bombero ingresa al edificio para realizar una inspección y allí se encuentra con el grupo de hombres agachados en una de las esquinas del local. Éstos intentan explicarle lo que han descubierto, pero en ese instante una repentina vibración comienza a sacudir el suelo. Asustados, todos desalojan el lugar de inmediato.

En la calle la gente siente que la tierra tiembla bajo sus pies. Gritos de pánico comienzan a volar por los aires. Desconcertadas, algunas personas huyen de aquel sitio en busca de algún lugar seguro; mientras otras, paralizadas por el miedo, trastabillan como borrachos desequilibrados.

Aquella ligera espiral de humo que había aparecido en un rincón del Reloj Público se ha convertido ahora en una columna de vapor caliente que inunda el salón y que también aflora en el exterior del edificio, asomando por debajo de las escaleras de acceso y expandiéndose como una nube rastrera.

Los alaridos de horror se renuevan. El temblor se intensifica y trae consigo un ruido sordo que trepa por las piernas, avisando que abajo, algo se desgarra.

Un violento sacudón estremece la tierra y los cuerpos de los despavoridos ruedan por el suelo. Desde las alturas caen columnas de alumbrado público y trozos de mampostería que se desprenden de las fachadas y de los balcones.

En medio de esa confusión, el viejo y enorme reloj lanza la primera de las diez campanadas que compondrán su cuenta regresiva. Nueve. Ocho. Y la torre que lo alberga empieza a sacudirse en espasmos demenciales. Siete. Seis. Y la nube de vapor que emerge de su base se convierte en una tormenta blanca que chamusca todo lo que se le cruza. Cinco. Y el terremoto ahoga los llantos. Cuatro. Tres. Y la tierra se agrieta. Dos. Y el rugido aturde. Uno. Y el Reloj Público, ya cohete de piedra, empieza a ganar altura, arrastrando consigo a la ciudad toda. Sus agujas marcan las once y cinco de la última mañana de Alta Gracia y apuntan hacia un cielo celeste que ya comienza a abordar.
 
 
Mientras asciende, su figura es escoltada por un manojo de calles serpentinas que desde abajo parecen la estela de un cometa hecho de trapos.”

Del libro  “Teorías Acerca de la Desaparición de Alta Gracia”
JORGE FLORES SOLER (FANUE).


UTOPÍAS

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 12/09/2012 12:00:00 a. m.

10

οὐτοπία (οὐ, no; τόπος, lugar = 'lo que no está en ningún lugar').
εὐτοπία (εὐ, buen; τόπος, lugar) = 'buen lugar'.

¿Qué de aquella isla de Tomás Moro, surgió, desapareció o aún se mantiene en esta tierra de sueños imposibles?

¿Qué de un futuro de idealizados horizontes que hoy es polvoriento pasado, se sostiene como una oportunidad?

La aventura ferrocarrilera de las canteras, con sus rieles, puentes y kilométricas cintas transportadoras, sus galpones ladrilleros y colosales explosiones para vencer la montaña.

Recuerdo de Alta Gracia, Sierras de Córdoba F.C.C.A
.
Señor
Antonio Damilano
Rivadavia 8505
Buenos Aires

Damilano tengo su
carta en mi poder hace
tiempo ya, no le contesté antes
solamente por saber el resultado
del fines de marzo
con respecto a mi ida, pues
ahora ya lo sé que será
probablemente para el 8 o el 10
del que rige
Adiós asta la vista lo saluda
                                                        Genaro Orished
Su bucólico familisterio...

LA FLORIDA - ALTA GRACIA

El empeño por domesticar la salvaje geografía serrana y hacerla digna del más exquisito descanso burgués, la esgrima entre las espinas de la rosa y las de los tuscales…

Alta Gracia – Recreo “La Mascote”, entre las Sierras.


Tradución:

9 de abril de 1917

Mi querida Avery. Aquí es donde tomamos el té de la tarde, es un lugar bonito en las sierras, en la parte trasera del chalet está el río. Era nuestro primer paseo en auto en un día aburrido así que papá no llevó la cámara. Cuando fuimos a retirar las fotos, encontré ésta (postal) en la tienda. Nos quedamos muy contentos, ya que estaba tan bien situado, para que puedas ver dónde estábamos. Tu carta llegó el viernes por la mañana. Muchas gracias. Nos vamos de aquí mañana y estaremos en casa en la mañana del miércoles. Cariños de papá y mamá.


La voluntad faraónica de perpetuar el amor más allá de la muerte, acuchillando el paisaje con una monolítica daga de hormigón y diamantes legendarios…

Monumento Faro a Myriam Stefford
Alta Gracia, Provincia de Córdoba


Monumento Recordatorio de la
Primera aviadora caída en Sur América
Señora Myriam Stefford
Altura 82 metros.
Poder del Faro 120 kilómetros

Sra Manuela Maldonado
De García González
Av. Quintana 16
Buenos Aires

Este obelisco que tenemos
en los suburbios de Córdoba
es mucho mejor que el de
la Capital Federal

Córdoba Septiembre 3/38

Sí… de todas las utopías altarianas, ésta última es la única que perdura, pautando el cardo y el decumano de nuestros silencios cardinales, la que augura continuar remontando con su simbólica pasión y locura, todas las constelaciones del sur, aun cuando ya no quede ningún latido sobre las ruinas terrenales…

FLUVIAL

Posted by Walterio | Posted in , , , , , , | Posted on 12/02/2012 12:00:00 a. m.

6

UNO

“José de la Quintana, un pueblito cordobés tranquilo y pintoresco a 20 km al sureste de Alta Gracia, pero un tanto a trasmano.
(…)
Sin embargo tiene ferrocarril. Ahí termina un ramal que llega desde Alta Gracia. Y en otros tiempos corría un tren una vez por semana.
(…)
Otrora había sido una estancia. Una importante estancia donde solían pasar temporadas de descanso, eminentes ciudadanos que llegaron a desempeñar la primera magistratura del país. Quintana, Yrigoyen, Alvear, fueron cada cual a su tiempo, sus más asiduos visitantes. Era la estancia de los “presidentes”, como la designaban los lugareños y la peonada misma.”


“Y su casco enorme y solariega residencia, tuvo un nombre “La Casona”. Y La Casona naturalmente, como la gran estancia que era, con una pequeña capilla donde se celebraba misa cada domingo, cuando se encontraba en ella alguno de sus ilustres huéspedes.

Con los años dejaron de ir los presidentes. La estancia se transformó en pueblo y La Casona en una acogedora hostería. Ya en la capilla no se celebraron más misas, pero quedó por largos años tal cual era, con una imagen de “El Niño Alcalde” tallado en madera por manos de un artista indígena…”
(…)
“Y tenía su leyenda. Una conmovedora y dramática leyenda que alcanzaba -salvando las distancias- ribetes bíblicos. Data de la época de Rosas.”

“Y cuentan que las huestes del tirano venían desbastando la región con ensañamiento, al no dar con el paradero de un grupo de unitarios que huían de las mismas, procurando salvar sus vidas. Estos se habían refugiado en el casco de La Casona. Pero un día, sabedores de los rosistas ya habían descubierto el escondite y se acercaban a galope tendido, sable en mano, para tocarles “la refalosa”, decidieron huir. Y temerosos de que cometieran represalias con las imágenes de la Capilla que les sirviera de albergue, al sentirse burlados nuevamente, un jinete cargó sobre la grupa de su caballo, la imagen de “El Niño Alcalde” perdiendo en ello valiosos minutos y huyó precipitadamente en dirección a Alta Gracia. Ya oía a sus espaldas, cerca, muy cerca, el tropel de las cabalgaduras de la soldadesca de Rosas.”


“Estaban por darle alcance, puesto que apenas los separaba el río Anisacate. El unitario portador de la imagen, estaba perdido. Ya los que marchaban a la vanguardia comenzaron a cruzar el río cuando de pronto, un horrísono e inacabable trueno se oyó muy cercano y las aguas, normalmente mansas, crecieron furiosamente, saliendo de madre, arrastrando y destrozando cuanto encontraban a su paso. Se había producido una de las temibles crecientes del río Anisacate, tan desbastadoras y crueles como siempre. Pero aquella ocasión al sepultar en sus torrentosas aguas a parte de la terrible soldadesca, e impedirles el paso a los restantes, había salvado milagrosamente la vida de quien, jugándosela, detuviera su huida para rescatar de un presunta sacrilegio, la integridad de la sagrada imagen. Al igual que cuando Moisés cruzó el mar Rojo, al frente del pueblo elegido.”

Del libro “Viejas Estampas de Alta Gracia”
JORGE ZEMBORAIN

DOS

Si de leyendas y postales, el Anisacate nos ofrece un puente para cruzar las aguas del tiempo, busquemos entre sus riberas un presente continuo de cortaderas y piedras pulidas, de sauzales y morteros comechingones:



Un encuentro suspendido entre el pasado y el futuro…