Mi querida María, Causóme su postal gran alegría y sorpresa, mucho me alegro esté bien, lo mismo los nenes, yo ayer estuve en cama, hace días no me siento bien por eso no le he contestado antes, pocas noticias tengo, mi Pancho solo estuvo horas, se fue esa misma noche así que ya supondrá lo triste que quedé.
Mucho la estraño lo que salgo a la puerta y veo todo cerrado, mamá todavía no ha venido y quizás no regrese hasta la otra semana ¿Con que hace mucho frío eh? Es de suponerse porque aquí también refrescó esos días; la novedad del día es que Leandro la pidió a Eufemia y sus amigos le obsequiaron con un banquete festejando el triunfo pero la señora se resiste a que visite en la casa ¿Qué me dice de eso? Disculpe la ensalada rusa que le envío no quiero dejar pasar mas días sin retribuirle su saludo y su cariñoso beso.
Isabel
Besos a los nenes
En lo de las muchachas estube el Domingo y me dijo Dina que le iba a contestar en estos días otro beso y adiós.
.
Vaya a saber...
¿Por cuáles vericuetos de este indolente presente, andará dando vueltas la fotografía de bodas de Leandro Y Eufemia...?
“Donde muchos, hoy pretenden ver una entrada a la morada jesuita con arcos y rejas que delimitan un jardín, en tiempos lejanos solo fue un mirador que se asomó a las aguas embalsadas del tajamar. La calle era apenas una huella y las únicas campanadas que pautaban la jornada, pertenecían a la espadaña de la iglesia.
La villa, recién comenzaba a entretejer su trama de relaciones y señales, de muros y techumbres que ampararían la vida, emancipada de su pasado de estancia.”
Crónicas de un altariano.
.Alta Gracia (Sierras de Córdoba). Antigua residencia del Virrey Liniers
Cansada de esperarlo bajo la araña de caireles biselados, recorrió con su mirada las últimas fichas ordenadas sobre el paño verde. El croupier hizo girar la ruleta, y la suerte quedó suspendida al borde de los números de la séptima mesa. No quiso aguardar el resultado, atravesó la sala atestada de jugadores y llegó a las puertas de vidrio repartido del foyer. Lejos de los radiadores notó el inmediato cambio de temperatura, mientras afuera el invierno desmenuzaba el cielo nocturno en minúsculas estrellas que se iban acumulando sobre el césped. Llevó una mano enguantada hacia el suntuoso cuello de zorro plateado de su sacón y sintió un escalofrío que la hizo retroceder al ver más allá de la terraza del casino, una figura pendiendo de una farola del parque…
.
1920
Tosió y abandonó los edredones de pluma de ganso, se calzó las pantuflas y corrió sobre el entablonado de pinotea hasta los visillos bordados de la ventana. Las espléndidas escalinatas del ingreso se encontraban alfombradas por una espuma iridiscente, debía ser muy temprano porque nadie había dejado sus huellas y desde los recovecos del petit hotel, los sonidos del sueño continuaban ignorando la novedad helada. Sus padres dormían y las criadas aún no habían despertado los tiznes del fogón de hierro. Abrió la pesada puerta de roble del vestíbulo y se quedó absorto contemplando un paisaje que solo había podido disfrutar en las estampas de sus cuentos. Una ráfaga le abofeteó el rostro mientras descendía por los peldaños hasta la vereda, pero la tos lo paralizó antes de llegar a los látigos metálicos del portón…
1938
El frío alentó la recolección de leña para una fogata y bajo el cielo encapotado, un círculo de jóvenes exploradores se fue internando en las sombras nocturnas con historias y anécdotas mortuorias. Alguien enumeró turistas extraviados en los montes de espinas que fueron encontrados vagando con las cuencas vacías y el alma robada, otro recordó al prometido que nunca llegó a tiempo a su cita, porque se ahorcó al empeñar sus alianzas en el casino. Un tercero repitió la penosa leyenda del niño que por salir a disfrutar de la nieve que nunca había visto, tropezó en las escalinatas del jardín, quebrándose el cuello. Un silencio triste se apoderó de todos, de pronto el miedo había exorcizado al invierno. Varios señalaron las chispas ascendentes de la hoguera y la misteriosa respuesta que descendía del cielo como si miles de panaderos hubieran sido liberados desde las alturas. Había comenzado a nevar.
Alguna vez, la piedra abandonó la montaña cercana, para proteger la íntima calidez de lo doméstico:
.
“Había dos Alta Gracias. Desde el núcleo histórico iglesia, convento y tajamar – se extendía “El Bajo”, en ligero declive, hacia la estación. Unos cuántos caserones donde veraneaban antiguas familias cordobesas ocupaban un lado y medio de la plaza cuadrada frente a la iglesia. Las demás casas del bajo, muy modestas, albergaban al comercio y la población local. “El Alto” consistía en un centenar de casas agrupadas en torno al enorme hotel Sierras, del otro lado del tajamar. Salvodos que eran de piedra, eran todas iguales, “estilo chalet”, como decían, o sea con amplias galerías rodeadas por barandas de madera y adornadas, al borde del alero, con un festón de madera calada.”
.
Del libro de Delfina Galvez “Nosotros Tres”.
.
.
Alta Gracia Enero 2 de 1931
Mi querida Martina: Deseamos pasen un año y muchos más felices y contentos y que en vez de llegarnos una tarjeta nos llegue tu simpática silueta a pasar una temporadita con nosotros en estos aires tan sanos y en este rancho de piedra que es nuestra morada, con cariños a los tuyos son los deseos de Matilde y Jorge.
.
Alguna vez, la íntima calidez de lo doméstico, abandonó la piedra cercana y la montaña... quedó desprotegida.
BIBLIOGRAFÍA Marcelo Peyret; 1946: Alta Gracia. Editorial Tor.
Juan F. Cafferata; 1949: De la Córdoba de Ayer. Imprenta de la Universidad Córdoba (R.A.).
Rizzuto, Miguel Alfredo; 1954: Historia y Evocación de Alta Gracia. Compañy, Francisco; 1965: Breve Historia de la Parroquia de Alta Gracia. Centro de Estudios Históricos de Alta Gracia; 1981: Síntesis Histórica de Alta Gracia. Ernesto Guevara Lynch; 1986: Mi hijo el Che. Sudamericana-Planeta.
Varios Autores; 1991: Documentos para una Historia de la Arquitectura Argentina. Ediciones Summa.
Larrauri, Elsa T.; Trecco, Adriana; Amarilla, Laura; Santiá, Silvia; García Vieyra, Jaime; 1992: Alta Gracia. Evolución Histórica y Desarrollo Urbano-Arquitectónico.
Jorge Zemborain; 1992: Viejas Estampas de Alta Gracia. Schávelzon, Daniel; Anuario de la Universidad Internacional Sek, N5/1999, pp 47-59 Sección: Ciencias del Patrimonio Cultural: Arqueología Histórica en el Convento Jesuítico de Alta Gracia, Argentina. Un ensayo sobre su cerámica. Delfina Gálvez; 2004: Nosotros Tres. Ediciones Pasco. Augusto L. Piccon - Francisco J. Caligiuri; 2006: Sierras Hotel - Alta Gracia. Edición de Autor.