EPÍLOGO
Posted by Walterio | Posted in costumbres , crónicas , haikus , memorias , retiros | Posted on 11/24/2008 12:00:00 a. m.
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Y llegó el día en que, mezclada entre los resúmenes de cuentas, apareció en el buzón del jardín una tarjeta sin imagen alguna pero con el siguiente haiku:
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Un habitante de la idealizada Altaria, aquella ciudad surgida por los deseos y desvelos de los altagracienses había recuperado para mí, los fragmentos de su paisaje que poco a poco comienza a extraviarse en el olvido…
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Uno y todos los días del pasado…
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"El tiempo transcurre en este valle con una paciencia de piedras azules y tuscales al asecho. Si entrecierro los ojos puedo ver en un minuto como estos montes de comechingones son convertidos en huertas y corrales que abandonados y nuevamente habitados son repartidos entre “los pobres de notoria honradez”, hasta que llega un tren y un palacio eleva sus columnas blancas que sobrevivirán a las ruinas para que la codicia tenga una segunda oportunidad sobre el tapete verde de las ruletas.
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Rápidamente el tajamar se irá secando, emergerá una isla que se hundirá para siempre y el Reloj Público desde la esquina, tañerá los 350 años de civilización europea al frente del claustro inmutable de los jesuitas mientras de los escombros de casas italianizantes y chalets pintoresquistas se elevarán torpes conejeras de cemento.
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Un revolucionario crecerá para liberar otra isla muy distinta a la que perdió el tajamar y un músico exiliado apagará su fuego danzante cerca de un arroyo que nunca dejará de cantar su pequeña gran sed de monstruos imaginarios. La sangre de un escritor se derramará desde una ventana altariana y una aviadora atesorará en las cenizas de su corazón, la Cruz del Sur, un diamante para la tierra de Paravachasca que dejará de temblar con los trenes cargados de turistas y balasto.
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Miles de crepúsculos y tormentas, nieves extrañas, estrellas fugaces e incendios que coronarán las sequías invernales.
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Un niño, se acerca curioso a mirar mis cuartillas llenas de viajes en el tiempo y me pregunta por qué escribo (todos los niños me preguntan lo mismo). Me atuso el bigote, le rasco la cabeza y sonrío al responder:
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- Para que alguna vez, recuerdes que me lo preguntaste…”
.Crónicas de un altariano..