ALTARES
Posted by Walterio | Posted in calles , costumbres , fotopostal , historia , libros | Posted on 9/24/2008 12:00:00 a. m.
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“Vestida de gala, la Patrona estaba en el retablo, deslumbrante de luces. ¡La fe que ño Pegro le tenía a la Virgencita de las Mercedes! Como que cuando la Felisa, estuvo con el pasmo y todas las medicinas que le traían de la ciudad, eran de vicio, le hizo la promesa de mandarle decir una misa y hacer una limosna y fue santo remedio!
Contempló la imagen con la fe sencilla y pura de los humildes y como si hablara, con la propia madre, fue desgranando las avemarías de su rosario. La virgencita, con el traje blanco de fiesta, sonreía desde el altar. Ño Pegro le contó su vida, desde la última vez que vino a la función hurgando en la memoria para que no se le olvidara ningún secreto.
¡La pobreza, las penas, las alegrías, las esperanzas, todo tenía que saberlo la patroncita de las Mercedes!
Ño Pegro entendía poco de la misa y a buen seguro que sus nociones de catecismo eran muy escasas. Seguía la ceremonia maquinalmente. Se paraba o se ponía de rodillas, como hacían los demás. Escuchaba los cánticos y el órgano, como una música cualquiera, pero hablaba con la Patrona, con la confianza de un viejo amigo y creía que estaba Dios en el altar, con tal convicción, que se habría hecho matar por ella."
.Procesión de La Virgen de la Merced Alta Gracia 24 Setiembre 1922.
(...)
"La tarde llegó y las campanas llamaron con alegres repiques. A lo largo de las calles, los paisanos, los peregrinos, los vecinos de Alta (G)r(ac)ia, esperaban a la Patrona para acompañarla en su paseo por la villa. Cuando asomó en la puerta de la Iglesia, llevada en andas por los socios de la Cofradía, todos se descubrieron y el fervor redobló en los corazones.
La Columna avanzó a paso lento. El señor cura rezaba el rosario en voz alta y entonaba cánticos que el pueblo coreaba y los hombres se disputaban el honor de llevar la preciosa carga. ¡Eso ya era como para obligarla a la Virgen a que les hiciera una gracia! La imagen se deslizaba sobre las cabezas de la gente, que se apiñaba cerca de las andas, para verla de más cerca y para poder tocar la orilla del manto y besarse después la punta de los dedos. Las mujeres y los niños arrojaban flores y la paisanada seguía la procesión, con la cabeza baja y en respetuosa unción:
Los cielos, la tierra
Y el mismo Jehová,
Aclaman, Señora
Tu gloria inmortal.
Cantaba el señor cura, al frente de la columna y el pueblo repetía en coro:
Avé, avé, avé María! Avé, avé, avé María!
(…)
Ño Pegro calentaba el agua y mientras soltaba el hervor, ensillaba la mula gateada y el malacara. ¡Y antes de que el sol alumbrara en el borde de la llanura, volvía con la Ramona, por el camino del valle, pasaban y repasaban el arroyo; trepaban por la bajada -que ahora era cuesta- de los Escalones y se acercaban al Potrero, donde la Felisa y el chico quedaron guardando el rancho, cuidando la majada y soñando con el día en que también ellos pudieran ir a la fiesta de la Patrona!”
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Del libro de Juan F. Cafferata “De la Córdoba de Ayer”. .
Maru: Creo que mucha de esa ingenuidad que Cafferata describe en la procesión de 1887, se ha perdido, aún así el 24 de septiembre sigue convocando a gente que baja de las sierras guiada por una devoción genuina.
El hecho cultural perdura aunque su significado se haya alterado y la hipocresía humana permanezca intacta, agazapada en la mirada extática de la chismosa y disimulada por la oración en la voz del prejuicioso.
–¡Viera, Señor Barón, cómo sestá prieparando el pueblo para la festividá de Nuestra Señora de las Mercedes, Patrona de Alta Gracia! Si al patrón le parece, tenga por siguro que se ofrece darle permiso a la pionada para la misa cantada del veinticuatro. Todo ese día los paisanos bajan de la sierra y la iglesia se pone de bote a bote, rebasada por la cancel. La Virgencita buena escucha las oraciones del paisanaje y este año la Ramona ha cosido los escapularios con las estrucciones del Sacristán. Como Usté sabe, a la tarde es la procesión, y paseamos a la Virgencita por la Villa pa’ que todos reciban su gracia. Si desea el Señor acompañar a la autoridá, téngame anoticiado pa’ prieparar el carruaje.
(Fragmento de El Ultimo Vuelo de Myriam Stefford) Novela
¡Caramba qué coincidencia!
Me llevaste directo y sin escalas a los tiempos de mi niñez, allá en Jujuy, en donde este tipo de manifestaciones de fervor religioso suelen ser fiestas más que importantes, sobre todo para la gente más pobre, que es, extrañamente, la más creyente.
Un abrazo, Walt.
Nene: Mientras copiaba estos párrafos pensaba que a vos, al Mauri y a Guillermo les iban a traer algún recuerdo, pero nuestras procesiones no tienen el color, la espontaneidad ni el sincretismo cultural que todavía perdura en el norte argentino.
Preciosa postal de aquella época, increible y admirable tu colección amigo... Veo que compartimos a la misma Virgen como Patrona... jeje. Un abrazote amigo
Homo-Sapiensis: Así es, aunque originariamente la advocación era otra: Nuestra Señora de Altagracia.
no puedo creer esta maravillosa procesion walterio de donde la sacaste es una reliquia yo quiero estar alli con tul y el misal. besos y abrazos
Guillermo: Te sugiero, una mantilla de encaje negro, rosario de perlas y zapatos de taco bajo para poder acompañar a la Virgen el próximo año...