TERNURA

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/16/2011 12:18:00 p. m.

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 Sierras Hotel y Casino - Alta Gracia, F.C.C.A.

Si el fasto de Villa Carlos Pellegrini, se encargó de ocultar la tisis que un un escritor como Marcelo Peyret supo desenmascarar en su novela Alta Gracia, a unos kilómetros, en el Valle de Punilla, un escenario más modesto para el dolor enviaba sus postales de esperanza...

Cosquín (Sierras de Córdoba) Solarium del Sanatorio nacional.


Cosquín 8 de mayo de 1929

Recibe un abrazo 
de tu hermano
que te quiere 
y pórtate bien
con tu mamita
MANOLO

besitos del nene y Saludos de Jorge

Y si Altaria tuvo quien rescatara del olvido las penas de los menos pudientes, mientras en el Sierras Hotel se jugaba a interpretar "La Máscara de la Muerte Roja" de Poe, desde Cosquín, otro viajero del tiempo dedicó sus palabras a rescatar la soledad del pasado:

Sierras de Córdoba. Panorama de Cosquín.


Doña Parmenia: 
Se acuerda que le dije que mi hermana Leti llegaba en el tren de las cinco y Ud. me contestó que parecía que nos hubiéramos puesto de acuerdo porque había terminado de limpiar toda la pensión como si estuviera esperando visita. 

Ud. tenía razón, me pasé casi todo el invierno encerrada, después de volver del trabajo no salía, tejía toda la tarde y escuchaba radio. Tengo todo lo que le tejí a Leti guardado en unas cajas con ramitas de lavanda, estoy segura que a ella le van a gustar mucho los puntos que le hago. A fin de año se recibe de maestra y quiero que se venga a vivir conmigo.

Cosquín (Sierras de Córdoba). 
Calle Paraná con la Escuela Fiscal


Debe estar más alta, a lo mejor se le dio por teñirse de castaño claro o rubio como Ella, va a llegar en el tren de las cinco y seguro que me va a traer un traje a lo “Dibito” ,  zapatos pulsera rojos con plataformas, un perfume y la redecilla para el pelo, que acá no la pude encontrar, me voy a poder hacer ese peinado que usa Ella, con el rodete recogido en la red. Debe estar más rellenita, cuando vino hace dos años casi no quería comer, le tuve que comprar plato y cubiertos nuevos y también taza porque extrañaba las de allá, no me lo dijo pero yo me di cuenta. Eso la animó un poco y empezó a comer algo más, tomaba sol a la siesta, quería tener abierta todo el tiempo la pieza para que se ventilara, leía y caminaba mucho pasando el cementerio porque juntaba tomillo y ahí crece grandecito, pero lo que más le gustaba era la peperina y los hongos, y las piedras. Me esperaba con la comida lista, esas vacaciones de julio fueron tan lindas. Siempre me escribe y me manda las revistas que me gustan. Va a venir en el tren de las cinco y seguro que se va a bajar por el vagón de cola y va a saludar como Ella y cuando la vea me va parecer que me tira plata y regalos igual que Ella. Si hasta me compre el “Primo” porque Leti no sabía prender el carbón y le tenía que pedir a Ud. que la ayudara, al “Primo” hay ponerle alcohol con una alcucita y después darle bomba, la comida se hace enseguidita, cuando lo prendamos de noche le voy a decir que apaguemos la luz para ver como se hace la comida con la llamita celeste mientras escuchamos algún tango en la radio. Cuando la vea aparecer del tren le voy a decir “Señorita Maestra” porque ya casi está recibida, le faltan cuatro meses. 

 Sanatorio Nacional Bialet Massé F.C.C.N.A.

Le dije que cuando pase por los hospitales no mire, se ven caras tristes, yo las vi durante casi siete años, extrañaba a mi familia, las chicas, el barrio. Leti siempre fue sana como yo hasta que me enfermé. El día que subí al tren sanitario para venirme a las sierras Leti se quería subir, quería acostarse en el camarote, me quería abrazar, darme un beso, yo también, pero no la dejamos, se quedó llorando al lado de mamá y diciéndome chau con la mano. Le compré a Leti dos chiquizuelas de diez centavos, son bien gruesas, que las cocine como ella quiera, para mí es lo mismo, le gustaba ir al mercado, se entretenía viendo como algunos caracoles se escapan del canasto de la pescadería, qué asco, no sé cómo pueden comer esos pobres bichos, pensar que una vez por semana en la casa de la Señora Rufina, donde voy a coser, los purgan con aserrín y los cocinan vivos, parecen esos esputos que teníamos que juntar en las cajitas de vidrio para hacer el cultivo. Leti se hizo amiga de don Figueroa, el carnicero, pero me parece que tenía simpatía con Ivito, el hermano más chico del carnicero, tiene bigotitos como caminito de hormigas, es flaquito, alto y muy derechito, tiene una cola levantada como un pan casero. Leti le pedía que le prestara la bicicleta del reparto y se iba hasta el puente carretero a juntar berro porque mamá le dijo que tiene mucho hierro y nos hace bien, sobre todo a mí. Ya debe estar por Córdoba, va a llegar cansada, se trae las sábanas y las colchas y también las toallas, el fuentoncito para lavarse la ropa, los jabones, la plancha. Planchaba todo, hasta las medias, es tan ordenada. Hoy me iba a perder la novela, pero valía la pena, las de acá no son como las de Buenos aires, antes de venirme escuchaba “Mujeres en la Historia”, Ella trabajaba ahí, me parecía verla cuando hizo de María Antonieta y la llevaban por los campos de Normandía para cortarle la cabeza. Ahora no hace más novelas, viaja en tren y a Ud. le regaló la máquina de coser, la Señora Rufina dice que preferiría morirse de hambre antes que pedirle una máquina a esa cualquiera, hija de madre soltera. Ella en la novela sufre tanto y yo la quiero porque sabe lo que es el dolor. A lo mejor Leti trae los zapatos con plataformas color suela que hacen juego con la cartera alargadita, me gustaría que viniéramos caminando despacito para la pensión, para que la vieran, pero si trae ese sobre alargadito como el que Ella tiene en la foto del diario cuando fue a la Casa Cuna, va a llamar mucho la atención, vaya a saber que piensan. Todavía no le devolví a la Señora Rufina la camita que me prestó porque Leti me prometió que volvería ese verano, pero pasaron dos años y recién ahora viene. Vendrá mirando los modelos de los Para Ti que me trae, deben ser como veinte, me dijo que no me los mandaba por encomienda porque quería contarme personalmente lo de los colores, se usa mucho el rojo, y el obispo. En el hospital Estefanía siempre andaba con un pañuelo rojo a mano, por los vómitos de sangre, pobrecita. Leti tiembla y se desvanece cuando ve sangre, aquella tardesita que salimos y pasamos frente al matadero, justo a la hora en que estaban trabajando los de la municipalidad, Leti vio como unos enfermos del Sanatorio Laeme se tomaban un vaso de sangre caliente para curarse más rápido. No dijo palabra y se descompuso tan feo. Los malvones, la corona de Cristo y las alegrías del hogar de la pensión están casi sin hojas, pero las plantitas que hice y tengo acá en la pieza no se van a helar, cuando florecen todos son rojos. La Señora Rufina siempre revisa las plantas para ver si encuentra alguna expectoración mía, yo no tengo más expectoración, de tanto inyectarme aire en las pleuras los médicos me dieron de alta. La Señora Rufina se cree que yo no sé que el marido se enfermó y por eso se tuvieron que venir de la capital. 

Querida Doña Parmenia, la verdad es que hace dos días que estoy encerrada en la pieza llorando por lo que pasó, discúlpeme por no contestarle las veces que vino a preguntar que había pasado. No tengo nada de hambre, no sé que pensar, a Ud. le hubiera pasado igual, no lo puedo creer, el día que llegaba Leti me fui a esperarla a la estación a las cuatro, por si el tren se adelantaba, me había hecho los rulos con las prensitas calientes, me puse el trajecito de Principe de Gales que la Señora Rufina me dijo como entrar, la blusa que también me habían dado en la parroquia, las medias con raya que por suerte las tengo sin ningún enganche, los zapatos con taquito y la cartera negra que traje cuando me vine a internar, estaba tan contenta, me puse un poquito de lápiz de labio en los cachetes y cuando me miré en los vidrios de la oficina del jefe de la estación, tenía la cara más rellenita y me dieron ganas de reírme y saltar porque Leti me encontraría más gordita y vendiendo salud.

Puente sobre Río COSQUÍN


Esperé tres horas, se levantó viento con tierra, me entraba en los ojos, se me desarmaron los rulos y yo sentadita en el banco verde, temblando porque pensé cosas terribles, al final el humo de la locomotora aparece por el alto, el corazón se me escapa de la boca del estómago, me paro de un salto al borde del andén, el tren para, miro y miro, empiezo a caminar por el andén, viendo por las ventanillas de los vagones, para encontrar a Leti, a lo mejor se haya quedado dormida o está en el baño, o hablando con alguien que le pregunta por algún pueblo, pero nada, justo cuando tocan la campana y la locomotora empieza a andar un guarda que está por subir al tren me ve y se me acerca y me entrega el sobre con la carta que Leti le ha dado para mí cuando se bajó en la estación de Córdoba, la abro, la leo y me quedo quieta y las lágrimas se me caen y quiero no saber que Leti no volverá nunca más a visitarme ni a vivir conmigo, que durante el tiempo que no vino, no se animó a besar a nuestros padres, que se sacó varias radiografías en el Rawson, que regaló toda la ropa que trajo cuando me visitó y que hizo lo mismo con las cositas que yo le había tejido cuando estuvo acá y que se llevó. Leti me pide que la perdone, que es más fuerte que ella, me desea mucha suerte, que por un tiempo no le escriba y que cuando ella lo haga, no le conteste, que no gaste porque casi todas las cartas que mandé quedaron muy maltrechas y casi no se podían leer cuando las metían en el horno para desinfectarlas. Ahora paro de llorar porque al contarle esto me siento más desahogada, no me venga a ver, yo se que Ud. siempre se ha acordado de mí, Ud. es de acá y sabe como son estas cosas. Cuando esté más animada la voy a ir a ver, ahora no puedo, no puedo salir de mi pieza, miro las revistas que Leti me mandó y la veo, cabello rubio, el rodete, el sombrerito negro, los ojos, el lápiz de labios… Ella nunca se portaría así conmigo ni con nadie. 

En memoria del escritor Raúl Ángel Ontivero, 
autor de este relato titulado ELLA. 



Comments (26)

Es hermoso! Y muy tierno, nunca mejor puesto un título!

Gracias por este relato de un corazon amable que supo ver la fragilidad de un destino y sigue amandonos en otra parte. Comparto tu sentimiento de viajero... un fuerte abrazo en este momento lleno de mansedumbre, guillermo

Walter, un relato tremendo. Me hizo recordar a la novela "Boquitas pintadas" de Manuel Puig.
Yo viví en Cosquín varios años porque mi papá trabajaba en salud pública, en el Hospital de Santa María. En esa época ya iba terminando esa época terrible de la tuberculosis. Ya era curable y después se cerraron todos los hospitales para tuberculosos.

El festival del folclore de Cosquín surgió para cambiarle la fama a la ciudad y lo pudo lograr, pero quedó en la historia local.

Más que tierno, me resultó nostálgico. Ahora ese lugar lo tomó el sida.
Nadie quiere morir.
Cariños desde Morteros.

¿De qué año serán las fotos? No pusiste fechas o no las tendrás.

Deben ser bastante añosas.

Oh, Walter!!!Qué homenaje tan tierno, tan sublime!!! Nacido de un corazón tan sensible como el que nos dejó...

Comparto tus sentimientos "viajeros"; pero sé que podrás superar la profunda tristeza que te ahoga... busca en sus palabras, en su sensibilidad, en su posición ante las cosas.... en ellas encontrarás la serenidad, la mansedumbre y la fuerza para salir adelante...

Sondea en ti mismo: tienes la luz, la belleza interior y el amor por la vida necesarios; ellos actuarán como tu fuente de energía en estos momentos difíciles.

Por otro lado, cuenta además con los que te queremos bien, con los que compartimos con vos por distintos motivos, estamos aquí para darte fuerza, para alimentar tus fueguitos interiores.

Te quiero mucho... comparto tus sentimientos!!!! Recibe un fuerte abrazo en estos momentos difíciles!!!!!

De corazón...

Nilda

Myriam: Raúl prodigaba ternura, en especial con los seres más débiles.

Guillo: Gracias por estar siempre cerca mío en los peores momentos.

Marta Alicia Pereyra Buffaz: Raúl se sentiría muy halagado con tu comparación, pues amaba la obra de Manuel Puig y en especial "Boquitas Pintadas" que lo insipiró a escribir una serie de cuentos contextualizados en el Cosquín de la TBC.

Las postales que acompañan el relato, abarcan un período comprendido entre la década del 20 y del 40.

Nilda: Tus palabras y amistad me reconfortan, Raúl se acordaba permanentemente de vos con mucho cariño, pues admiraba tu empeño y pasión.

Gracias a todos por sus palabras de aliento, el cariño y respeto que demuestran ayuda a sanar mis heridas.

Walter, me siento conmovida por la cercanía que tuviste con el escritor.

Me gustaría conocer más sobre su biografía y su obra. Además, lo relacionado al Cosquín de aquellos años que llegan a las telas más sensibles de mi corazón.

Trabajas removiendo nostalgias y vidas olvidadas, Walter.

Un abrazo.

El solarium de ese hospital, estoy casi segura, que era del Hospital Ferroviario para tuberculosos, de la ciudad de Cosquín.

Marta Alicia Pereyra Buffaz: Raúl Ángel Ontivero era oriundo de la ciudad de Cosquín, profesor de geografía y escritor, incursionó en el teatro, la pantomima y la danza. Participaba periodicamente en una radio local y en los noventa tuvo su propio programa llamado "Casa Tomada" dedicado a la literatura, el cine, la música y la imaginación.
Poco a poco y a medida que ordeno sus pertenencias voy rescatando los fragmentos de su obra que pienso editar para que mucha más gente pueda acceder a la sensibilidad de su escritura.

Marta Alicia Pereyra Buffaz: Este solarium se encontraba en los Sanatorios de Santa María de Punilla y fue demolido. Tengo una postal aérea en la que se lo puede identificar.

Gracias, Walter.
Tendrías que poner en tu face book el vínculo a este blog porque me costó volver. Menos mal que te tengo como seguidor del mío.

No pude ubicar dónde estaba esa escuela fiscal de la postal. El edificio actual del colegio está en una esquina al frente de la plaza San Martín y sobre la calle del mismo nombre (no recuerdo el nombre de la otra). Fue fundado en 1869, presidencia de Sarmiento.

Publicá lo que puedas de Ontivero y avisá en el face book.

Un abrazo.

Marta Alicia Pereyra Buffaz: Voy publicando las actualizaciones en mi muro y en el de La Fragilidad... que también está en Facebook.

En este momento no recuerdo los nombres actuales de las calles donde se encuentra la escuela, que se conserva en pie. Cosquín es una ciudad sumamente contradictoria, funda su identidad en la artificialidad iconográfica de un festival folclórico y sin embargo destruye a diario los testimonios auténticos de su pasado que todavía le dan cierta coherencia de enclave serrano. No hay modo de sostener el patrimonio intangible si al mismo tiempo se altera, destruye y banaliza el patrimonio material tan solo por huir de una historia sanitaria que de algún modo estigmatizó su nombre. Socialmente, sería más saludable asumirla para poder desmitificarla.

Lamento profundamente lo sucedido, espero que no pierdas energía para continuar con este nostálgico espacio.

Un abrazo

Alejandro: La energía regresará poco a poco en los abrazos recibidos como el tuyo.

Gracias, Walter, por responder a mis comentarios.
Yo me fui de Cosquín hace muchos años, vuelvo cada tanto porque allí vive mi hermano.
Creo que vos tenés una visión de artista y arquitecto que quiere conservar la identidad histórica de los pueblos. Esto me parece hermoso y comparto con vos ese punto de vista, pero la gente común que está en la pelea cotidiana tiene una perspectiva estrecha inspirada en los valores de corto plazo y de subsistencia. (No sé si me explico adecuadamente.)
Te sigo leyendo y viajando a la nostalgia del ayer.
Saludos desde Morteros.

Marta Alicia Pereyra Buffaz: Tienes razón, en nuestro país todavía prevalece una idea anticuada sobre lo que es el progreso. El concepto de sustentabilidad, tan de moda por estos días, se arraiga en cuestiones patrimoniales; en el patrimonio como la carga histórica de recursos heredados, que deberían ser administrados con responsabilidad para legarlas a las generaciones futuras. Por eso, destruir, desechar y demoler son actitudes ambientalmente reprochables en un mundo desvastado por la codicia.

Walter, acabo de enterarme de la noticia.. estoy desvastada, creeme que de corazón te abrazo en tu dolor. Un dolor enorme es el que siento, porque si debo decirte que hubo un amigo con mayúsculas, fue sin lugar a dudas Raúl.. el amigo fiel, sensible, lleno de ternuras , el amigo que me llamaba por mi segundo nombre, el que compartió parte de sus letras, de sus vivencias y que se que ya no vuelve. Te abrazo y deseo tu paz, sabiendo que conociste un ser de luz que te guiará. Estela

Estela: Muchas gracias por tus palabras de consuelo, todavía sigo muy triste porque teníamos una gran complicidad cotidiana que extraño, a pesar de vivir en Cosquín.

Hola Walter, ¿cómo va? Minombre es Pablo Varela, trabajo en la productora de TV Astrolab Motion. Estoy buscando imágenes de los sanatorios serranos de principio de siglo xx. Mi consulta es: ¿De dónde sacaste estas imágenes? ¿Son de dominio público? ¿Conocés alguna entidad que pueda alberar un archivo?

Muchas gracias por tu tiempo.

Saludos cordiales,

Pablo Varela
Asistente de producción.

Pablo: Los originales de estas imágenes forman parte de mi pequeña colección dedicada a Cosquín y a los hospitales de Santa María de Punilla. Tengo también algunas pertenecientes al Preventorio de Molinari. Te comento que en Alta Gracia todavía se conserva el Hospital de Montaña un edificio racionalista que ahora es usado para realizar retiros espirituales. Parte del Sanatorio Pattin (luego devenido Policlínico Ferroviario) y un tercero del cual no recuerdo su nombre pero que se encuentra en un estado bastante ruinoso y a orillas de las vías del tren en Barrio General Bustos. Sobre imágenes de los Hospitales de Punilla, quien tiene investigaciones realizadas es Norberto Huber, aquí te dejo un link.

Walter: muchas gracias por tu pronta respuesta. Te hago una consulta más, ¿no conocés ninguna institución como museo que pueda tener algo de este material? Muchas gracias y disculpá la insistencia.

Saludos cordiales,

Pablo Varela
Asistente de producción.

Pablo: Fijate en la columna lateral (debajo del reloj gigante del blog) En OTRAS POSTALES, tenés el link del CEITPA. Ponete en contacto con el grupo y con su director Hector Pezzimenti. Si lo que precisás no lo llega a tener él, es porque no existe.