REQUIEM

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 6/11/2018 12:00:00 a. m.

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(Carta de un altariano a otro)


Altaria, diciembre 30 de 1988

Estimado discípulo:

Ha llegado el momento de regresar a mi tiempo. Considero que ya instruido en las técnicas y prácticas necesarias para ser un experto en el desplazamiento por la cuarta dimensión, puedo legarte mis crónicas manuscritas y una tarea pendiente.

Muchas veces preguntaste por qué nuestro linaje altariano se circunscribe al territorio de una ciudad aparentemente inexistente, quizás la experiencia acumulada te haya dado la respuesta o la sospeches.  Si en el futuro los fantasmas del olvido, la destrucción y el extravío, nos obligaron a sellar un pacto de silencio entre los pocos privilegiados que pudimos preservar el salto temporal como un prodigio de la civilización, nunca fuimos capaces de exorcizar la melancolía que supone ser los únicos custodios de la memoria afectiva y aquellos factores que nos arraigan al espacio existencial. Acordamos que los enclaves urbanos y sus alrededores, exceden en complejidad perceptual a su propios hacedores, que la mirada de habitantes y visitantes se encargan de realizar recortes de la información que el entorno les aporta, que documentos y fotografías, apenas logran captar ciertos rasgos distintivos de la geografía humana. Por eso, los nombres reales se fueron acortando perdiendo algunas letras, por eso, cada ciudad se fue deslindando de sí misma en múltiples urbes a partir de la idealización y la denigración. A cada interpretación luminosa de Alta Gracia, le corresponde una sombría versión arrumbada, oculta y negada.

Debo encomendarte la misión de contactar a mi coleccionista. Cada semana, Walterio recibía una postal o una fotografía de Altaria pero nunca nos cruzamos y al parecer, jamás tuvo una sospecha sobrenatural acerca de mis envíos. Lo elegí porque estaba naturalmente conectado con la versión esplendorosa de la ciudad y si bien nunca pudo nominar a su antagonista, fue capaz de presentirla. Cometí el error de escribirle un haiku en una postal repetida, que deberás recuperar y cambiar por la que adjunto en este sobre.

Te deseo una trayectoria exitosa.
Altariano.”



Releo un párrafo en mi libreta de notas:

“Altaria es idealizada a través de los sueños y esperanzas de los altarianos: Tagacia es negada desde las pesadillas y el desaliento de los tagacianos. ¿Cómo identificar a unos y a otros? ¿En qué punto se complementan para recomponer la real identidad de Alta Gracia?”

Ignoro cuál sea la importancia de sustituir una postal por otra, la carta traspapelada de mi mentor no lo menciona pero me obliga a una búsqueda infructuosa. Por lo que pude averiguar, Walterio ya no habita la ciudad de su desvelo compilador, abandonó las serranías hace cuatro años para establecerse junto al mar.

Siento que mi futuro se horada de incógnitas como los mechinales de la estancia jesuítica, no me resultará fácil satisfacer la última voluntad del primer altariano, sin interferir en la nueva vida emprendida por su coleccionista.

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