ALAMEDA

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 10/31/2008 12:00:00 a. m.

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Hacia el arroyo y sobre su curso, los ranchos comenzaron a regresar a la tierra mientras galerías y pórticos se levantaban entre jardines simétricos protegidos por cercos de alambre romboidal o impecables pircas de piedra.


Un intento de paseo costanero con su hilera de elegantes estacas, respaldó la curva del arroyo, atemperó las espinas de los piquillines e instaló la sombra junto al verde llanto de los sauces…

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Querida Estela


esta tarjeta es para que conoscas los pasajes donde vivimos este arroyo esta a media cuadra donde vinimos
Saludos a Juan besos a los chicos resibi un abrazo de tu mamá


Otubre 19-1919

Las tormentas, las crecientes, el fuego imprudente de los asadores, fueron diezmando la alameda hasta borrarle el nombre a la costanera…

Octubre diecinueve de dos mil ocho


“Ya no camino pateando las piedritas sueltas, las sepultó el asfalto. Tampoco puedo sentarme entre la menta, sin que los faroles me inventen una escenografía de puentes coloniales ignorando el ritmo cósmico de los morteros comechingones. Imposible asomarme a la gloria findesemanal de las casonas porque fue ocupada por la ausencia de los fantasmas estivales…
Pero lo peor, es que la incredulidad de los bocinazos espantaron hasta el monstruo fabuloso oculto en las ruinas de un balneario abandonado.”


Crónicas de un altariano

Comments (18)

AGÜITA CLARA, TIERRA MALA

Aquí explotaban los colores. Se lo digo otra vez, Palmero: explotaban los colores.

Era de esas naturalezas salvajes, briosas. De otra época, le digo.

***

Venga, por aquí.

Allí es. ¿Ve lo que le decía de los árboles? Secos como papeles.

***

Ahí donde está el pedrerío va el río. Perdóneme: iba.

Así es, amigo –cuidado con ese hueco que es de vizcacha y se hunde; por aquí–, uno no deja ir fácil las cosas.

Y déjeme decirlo en confianza: diga que digo río porque si mi mujer me escucha me corrige de inmediato. Ella creció mirando el Guayas, en Ecuador. Si no sabe de él –por aquí, sígame despacio–, es primo hermano del Plata. Una víbora marrón que va y viene del oceáno, vea.

***

Allá, al norte, ya no queda nada. Por ahí hicieron la acequia. Por ahí cortaron el río. El arroyo. Justo por ahí.

***

Toque. ¿Siente como cruge? ¿Ha visto corteza más seca? Nada de agua.

***

Qué quiere que le diga, Palmero. Cuando compré aquí yo creí que esto iba a ser mi vergel de retiro. Pero ahora es un caminito de roca y yuyo muerto. Al río me lo hicieron dique, che.

***

¿Que por qué no me quejo? ¡Já! Vea, porque quejarse no tiene mucho sentido. No es asunto de progreso que me hayan jodido el agüita clara, Palmero. Es todo lo contrario. Acá –no se me agite, falta poco–... Acá tomamos decisiones para retroceder las agujas. Vocación de cangrejito tenemos –sígame, uf... ¿Cansado?.

***

...Y una vez allí, atrás, lejos en el tiempo, nos vamos otro rato más al fondo. ¿Ve por qué me río? Porque invertimos el reloj histórico, amigo. ¡Destino mitocondrial el de la gran nación, che!

***

Pero esa es sólo la razón más inmediata. En el fondo, no me quejo... Oh, perdón, nos pasamos. Volvamos por esta vera.


***

Llegamos. ¿Vio que no era tan lejos?

Es cierto lo que le dijeron: me negué a que abrieran la esclusa cuando me lo ofrecieron. Nop, no quise más agua.

La napa —pise ahí, sin miedo, es piedra firme— tiene lo mínimo. ¿Para qué más y para qué a esta edad?

***

Mire al fondo. ¿Entiende lo que le decía? No hay agua, no hay nada. Pero hay este ocre, este cielo y estas tardecitas. ¿Se da cuenta por qué tampoco me quejo? Hay que elegir cómo morirse, che.

***

Pienso lo mismo. Y más: si están llevando esto hacia el confín, hacia el principio, que así sea. La vida se empezó a joder cuando nos empezamos a reproducir, Palmerito. Aunque, por supuesto, también el invierno y la sequía ayudaron otro tanto.

***

Tome, use mi mantita. No se siente en el piso: es tierra mala y se me va a enfermar.

Creo q me fui al diablo con la longitud, W. Mil disculpas a todos.

Diego: Me asombra la naturalidad con la que te apropiás de las postales y lo que describís no es otra cosa que el paisaje de los arroyos serranos en invierno y alguna realidad sospechosamente contemporánea, ya están apareciendo por la zona alguna que otra usurpación de los cursos de agua.

Diego: Olvidé decirte que no te preocupes por la longitud del texto, valió la pena.

Aprovecho para agregar algo, el original de esta postal lamentablemente está muy decolorado por lo que tuve que exagerar un poco el contraste para que la imagen pueda interpretarse mejor.

Varias razones para las apropiaciones: crecí en pueblo chico, veraneé en las sierras desde que tuve memoria, vuelvo a las Sierras Chicas al menos una vez cada dos años. He visto la falta de agua y esos ocres. No me asustan los diques. Tampoco que las cosas cambien.

Es curioso cómo opera la recepción: donde vos viste algo "actual" yo hablaba de un tiempo inmemorial, nada ubicuo. De un viejo en sus horas terminales en un X espacio y lugar, un N tiempo. Cada uno ve... etcétera.

Lo espero (los espero) por El Gemelo, che. No se haga el sota. O le hacemos un dique.

Diego: El dique lo tengo en alguna parte del cráneo, por eso te debo un laaaargo mail con varias cuestiones (además de la visita atrasada).

"...los bocinazos espantaron hasta el monstruo fabuloso oculto en las ruinas de un balneario abandonado.”

¿será el pulpito, walterio? ¿el "de la Batea" que me contaron?

La sorpredente leyenda del molusco olvidado en la fábrica de hielo, en las inmediaciones del Point Saint Martin.
¿será verdad que hasta la policía cayó en la trampa de los chismes al dejarse llevar y pensar encontrar en el interior de la fábrica al monstruo raptador de niños?

amo tu espacio tiene el tiempo atrapado de nostalgia belleza y glamour. guillermo

Ojala que algo de la magia de ese lugar quede aunque sea sepultado debajo del asfalto. Y que algun dia vuelva a resurgir... bonita postal y post. Recibe un fuerte abrazo amigooo

los bocinazos espantan todo amigo, todo. Un beso

Maru: Acertaste, se trata del famoso "Pulpo Gigante de la Bateíta" que pretende ser la estrella invitada de alguna postal.

Guillermo: Es lo que generan las fotografías, una suspensión del tiempo, un recorte subjetivo de la mirada del fotógrafo.

Homo Sapiensis: El arroyo es muy hermoso, quizás sus aguas ya no tengan la pureza de aquella época pero al menos siguen cantando con transparencia entre las piedras.

María Gabriela: Los bocinazos y los equipos de música de quienes deciden pasar el día a su vera, son muy irritantes. Antes se podía ir a tomar mates, un poco de sol, conversar sobre el pastito con amigos o cortar violetas silvestres en medio de una atmósfera de bucólica armonía digna de Heidi, ahora los fines de semana la flora y fauna que convoca el arroyo parece una remake múltiple de Los Campanelli.

la cosa se va completando y va adquiriendo sentido, walterio.
R-E-S-T-A-U-R-A
E-L
T-I-E-M-P-O
U-N
S-I-L-E-N-C-I-O
D-E
T-I-N-T-A-S-
H-A-B-L-A
E-L
P-A-S-A...
será ¿pasa...do lo que sigue?
Mmm!!!

Maru

No puedo incorporar el paisaje de esa postal, al que hoy veo. Cuánta agua ha corrido, sobre ese misma huella?

Maru: Así es...se acerca el final.

Nélida: Al principio cuesta, luego resulta familiar. Te ayudo para que te sitúes, esta fotografía fue tomada en algun punto entre "La Bateíta" y el actual puente de la calle Solares.

De mi infancia recuerdo algunos álamos sobrevivientes en la curva de aquella legendaria whiskería llamada "El Avispón Rojo".