ALTARIA

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 6/21/2008 12:00:00 a. m.

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Altaria se manifestó en los paseos dominicales como una sospecha infantil entre los balaustres descascarados, tras los portales eclipsados por infinitas capas de pintura, en la urdimbre de hiedras y olvido que ocultaba casonas dignas de un cuento fantástico.
De aquellas siestas, recupero el perfume resinoso de las lambertianas junto al sabor de las ciruelas pasas que una abuela inglesa (que no era mi abuela) me ofrecía en un plato decorado con flores azules entrelazadas, mientras me quedaba en su biblioteca, curioseando los grabados en las páginas ásperas de un libro que por aquel entonces no podía leer en su idioma original.
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Un día la biblioteca se fragmentó en los canastos y paquetes de una mudanza a Buenos Aires, pero años más tarde recibí de un abuelo inglés (que no era mi abuelo) "THE TIME MACHINE" de H.G. Wells, con una tarjeta en la que me agradecía la postal con un perro parecido a mi Arlequín, que yo le había enviado para su cumpleaños.
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Ese libro fue mi primer gran viaje en el tiempo...
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(Aunque todavía disfruto de las ciruelas pasas y el perfume de las lambertianas de tanto en tanto me abre las puertas de Altaria, nunca tuve trabajos importantes).

Comments (4)

Walterio me encantó esta remembranza!!

Nélida: Mis abuelos ingleses que no fueron mis abuelos administraron la estancia "Dos Ríos" cercana a Despeñaderos en la época en que mi verdadero abuelo murió allí siendo capataz.

Maru: La intendencia de Lepri transcurrió entre 1900 y 1904, el Sierras Hotel no se había construido todavía pero el tren ya llegaba desde el año 1891.
Una prueba de esa época podría ser el menú del hotel "La Florida" u "Hotel Inglés" erigido entre 1894 y 1895 para el personal ferroviario.

Qué linda historia.
Yo sé de parientes prestados o adoptados (¿O cómo se dirá?)

Un abrazo.

Eugenia

Euge: yo les decía "abuelos postizos" porque esa fue la definición que ellos mismos eligieron.
Los Green estuvieron presentes en mi infancia como unos personajes mágicos, me enviaban libros, juguetes y cartas escritas con una caligrafía impecable que aún conservo con mucho cariño, me heredaron la pasión por los árboles, las flores, los scones con mermelada de naranjas y el té (sin azúcar), las canciones de cuna en inglés (lullabies), el nombre "Arlequín" que sobrevivió 5 generaciones de perritos y el respeto por la libertad de los pájaros.