DÉCADAS

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/29/2018 12:00:00 a. m.

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El anochecer húmedo le reclamaba a sus huesos, el tiempo extra vivido en setenta años atravesados por viajes seculares. Se colocó los anteojos y acomodó la documentación seleccionada en varios folios previamente encuadernados. La última postal agregada sería la pista crucial, el sitio oculto por la vegetación, quedaba muy cerca de su chalet sobre la costa norte del río Anisacate:



“Reciba un apretón de manos de su amigo
Juan Pijoán
  
Alta Gracia 24 de Marzo 1912

Apreciado García. Extrañará
y con sobrada razón mi silencio
pero son tantas las cosas que
tendría que contarle que espero
volver a B. Aires para decírtelas. No
se por lo cierto cuando será porque
yo quería venir ahora por el primero
y el gerente me ruega para quedarme
un mes más y yo no sé a qué atenerme.”


El veterano tampoco supo a qué atenerse cuando abriendo la puerta de entrada para hacer pasar a quien había invitado a cenar, se enfrentó con un Preceptor del Superestado Global.

- Infiero en su mirada decepcionada, que esperaba a otra persona.

- Lo que me sorprende es que no se haya presentado antes.

- Entonces sabrá que usted debe entregarme algo que no le pertenece. Un objeto que no es de esta época.

- A diario convivimos con legados…

- Pero ninguno que llegue del futuro y que además, sirva para visitarlo.

- Usted tampoco es de este tiempo y está invadiendo mi presente.

- Entregue su cronoviatorem, sabemos que ha realizado traslaciones temporales clandestinas.

- Eso fue hace décadas, el artefacto que busca ya no existe porque fue destruido.

El Preceptor sacó su dispositivo y reacomodó los cristales maestros en modo localizador. Una señal luminosa le indicó que no había ningún otro en un radio de cien metros. Confundido recorrió las diferentes habitaciones, la galería y el parque circundante sin que el resultado cambiara.

- Le dije que no encontraría nada.

- Seguramente lo ha ocultado.

- ¿Con qué sentido?

- Ya debe haber elegido a un sucesor.

- El linaje Altariano se extinguió.

- ¿A quién estaba esperando?

- Al futuro.

- Aquí me tiene.

- En este presente, usted apenas encarna al pasado.


En la penumbra de la calle, el tagaciano pudo ver que el Preceptor ingresaba a la casa. Deshizo su recorrido y se alejó lo suficiente para que no pudiera detectarlo. Más tarde, en la cena algo retrasada, se enteraría de cómo ese dispositivo había llegado a las manos de su nuevo cómplice.

REMATES

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/25/2018 12:00:00 a. m.

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Ariadna se quedó mirando aquella imagen ampliada en la pantalla de su ordenador, la calidad era tan buena que casi podía acariciar la textura del calicanto. Recordó el inoportuno corte de luz que le impidió participar en la subasta de una versión de menor calidad, un grabado que sin dudas se basaba en la fotopostal que Mr. Manfred Mullog, ofrecía desde su tienda virtual:

..................

Retrocedió una ventana y verificó que faltaban minutos para el cierre, era su estrategia ingenua para impedir que el precio se disparara de manera exagerada por encima de la base impuesta, cuando había otros coleccionistas involucrados en la puja.




La oferta en curso ya era alta, pero la pieza lo valía por su calidad documental. Quizás fuera el único testimonio fotográfico de las pircas que delimitaban el perímetro de las huertas jesuíticas. Ofreció cinco dólares más y emergió una temida y exasperante notificación.



Sumó dígitos hasta el límite de sus ahorros, pero la página continuó preguntando si deseaba pujar de nuevo. El tiempo se agotó y otra ventana le informó que había perdido la subasta. Su único consuelo fue saber que el comprador debería transferirle a Mr. Manfred Mullog, alrededor de cien dólares.

Se sintió muy frustrada porque aquella pieza, era vital para el proyecto que había emprendido desde el enigmático encuentro con el sujeto que le entregara el libro de Peyret. Pensó en contactar al ganador, debía averiguar quién era el coleccionista oculto bajo el seudónimo de Altariano.

ENCAUCE

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/20/2018 12:00:00 a. m.

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No debió esperar pues sabía exactamente a qué hora llegaría. Pasó los últimos años de su retiro, sembrando indicios que señalizaran el rumbo correcto, porque recordaba haber revisado temeroso los registros de la necrópolis y más tarde, el catálogo de autores locales en la biblioteca.

Fue demarcando con palabras el cauce de los días, para que arribara en septiembre junto a las aves migratorias. A través de los cortinados, pudo verse detenido frente al portón del jardín como en un espejo, pero con 30 años menos de experiencia en viajes por el tiempo.

El otro altariano, de pie ante la entrada, miró hacia la ventana de aquel chalet californiano de Anisacate y supo que su versión septuagenaria lo vigilaba desde la sala. Abrió el buzón despintado por los veranos y de su interior extrajo una postal del río cuyo reverso leyó de inmediato:



"Deseándote Felicidades
Ana y Jorgelina
Diciembre 25 – 1909
Alta Gracia
Córdoba"


Sr. B. P. Rocco
Cazon Tigre
Pcia de Bs. As.

Querido hermano
Quien diría que fueramos a
pasar Navidad y Año nuevo
tan lejos, como extrañaras
encontrarte solo tan luego ese
día en que se reunían todos y
el único día que generalmente se
consigue.
Aquí no se conoce cuando
es fiesta lo único que se va
a misa que queda muy cerca.
Puedes tratar de que alguna
persona caritativa te invite
a pasar Navidad con alegría
y a brindar por los que aquí se
encuentran. Que estés siempre
contento son mis deseos.

Pronta contestación


Él también se encontraba solo en un futuro que todavía no le pertenecía…

Evitando la paradoja que el Preceptor del Superestado Global, detectaría desde su cronoviatorem, el pasado y el futuro del otro altariano se comunicaban a través de una postal de 109 años.

VILEZAS

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/18/2018 12:00:00 a. m.

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El profesor Ósman Iglesias Goliardo, abrió la puerta de la Casa de las Rosas en calle San Martin e hizo pasar al Licenciado Adriano Pezzoni. Juntos cruzaron el zaguán y llegaron hasta la galería cerrada con mamparas, el anfitrión ofreció asiento y preparó café para acompañar la charla.

- ¿Y bien? Aquí me tiene profesor.

- Supuse que la única manera de hacerle aceptar esta invitación, era enviándole una pista.

- Y usted ha conseguido que interrumpiera la escritura de mi libro.

- Algo leí sobre su nuevo proyecto editorial en Diario Quelonio.

- Se llamará “Una Epopeya Turística en las Sierras”.

Goliardo disimuló la sorpresa que dibujaron sus cejas, inclinando la taza vacía en un impostado sorbo de café.

- Pero todavía es un título provisorio.

- ¿Y qué opina de lo que le mandé?

- Creí que tendría datos más consistentes…

- Le explicaré…

- Es lo que estoy esperando desde el momento en que crucé el umbral de su hogar.

Goliardo se puso los lentes y abrió una caja de cartón con trabajos prácticos de sus alumnos. Seleccionó una carpeta traslúcida conteniendo hojas manuscritas y se la entregó a Pezzoni. Al abrirla, de su interior se deslizaron algunas tarjetas sueltas de La Gruta.

- ¡Vaya sorpresa! Así que este es el secreto de su prodigiosa colección.

- Nada que usted no haya hecho en el pasado.

- Nunca abracé la docencia para conseguir material.

- Pero bien que tras heredar el estudio de su padre…

- …también heredé sus álbumes de filatelia y numismática.

Como a Pezzoni no le gustó nada la referencia a su patrimonio, Goliardo cortó el clima con los márgenes deslucidos de una postal muy antigua, arrojada sobre el mantel de la mesa:




- Ahí la tiene, quizás sea la pieza que necesitamos en este rompecabezas incompleto.

- ¿Necesitamos?  Eso quiere decir que usted está dispuesto a compartir su descubrimiento.

- Es una tarea que no puede desarrollarse de manera individual, así que hágame el favor de tomar la lupa para observar detenidamente la viñeta del tajamar:



Goliardo sonrió satisfecho mostrando los dientes manchados. Lo que había deducido en aquel trabajo práctico entregado por una de sus mejores alumnas, se confirmaba con aquella imagen brumosa que había dejado al licenciado sin aire para el sarcasmo.

- Amigo Pezzoni, nuestros nombres se inscribirán con letras de bronce en la historia de esta ciudad.


JUICIOS

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/14/2018 12:00:00 a. m.

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UNO

Acordaron que nadie tenía el derecho de violentar con un monstruo de palabras su paraíso serrano y alentados por la reciente prédica del cura párroco, urdieron la trama del escarmiento. Desde las poltronas de las galerías del Sierras Hotel hasta los invernaderos de Villa Carlos Pellegrini, la media voz y las misivas breves fueron comunicando el lugar de encuentro para la reunión expiatoria en la que cada asistente se comprometía a llevar al menos, un ejemplar de la novela maldita.

En el descampado elegido, bajo un atardecer nublado, los libros se fueron amontonando de manera desordenada y casi lineal, obligando a los asistentes a trazar un perímetro oblongo similar al de un bacilo. Una mujer tosió y comenzó a desenhebrar avemarías desde un rosario de cristales azules, otras fruncieron el ceño pero le hicieron coro, la oración se fue extendiendo en el preciso instante en que un cochero acercaba la braza de su cigarro a las páginas impregnadas de querosén.

Delineado por el fuego, el nombre del autor maldito resplandeció en las cubiertas de color rojo, verde y amarillo de su obra. Un trueno quebró el silencio del valle donde nacen las tormentas y se desató la lluvia. Cesaron las plegarias, la confusión se apoderó de los feligreses que corriendo y empujándose buscaron la protección de árboles automóviles y carruajes. La luz de la hoguera declinó bajo el aguacero.

- ¡Marcelo! ¡Marcelo Peyret! Lo intentaron pero no pudieron con todos.

Mientras subía al tren que lo alejaría de aquel infierno serrano, el escritor buscó el rostro de quien lo había llamado. Desde el andén, el tagaciano lo despedía levantando por encima de todos los viajeros, un volumen de “Alta Gracia”.

- El futuro no perderá la posibilidad de leerte.


 DOS

Ariadna quitó el señalador de la página 65 y continuó con la lectura del libro que le había entregado aquel sujeto misterioso de la biblioteca:

“Las nuevas generaciones eran débiles, enclenques, niños escrofulosos, llevando en su sangre empobrecida el germen del terrible mal. Fue entonces cuando se fundó un dispensario, pero ya era tarde. La tuberculosis es una enfermedad para ricos, exige una vida ociosa, una alimentación especial, y los medicamentos de nada sirven, son impotentes por sí solos, no ya para curar, sino ni siquiera para impedir los progresos de la enfermedad…
El bacilo está en todas partes. Es señor, el rey, el soberano absoluto. De el viven los médicos, los curas, los hoteleros y comerciantes. De él habla y se preocupa todo el mundo, en el palacio suntuoso y en el tugurio miserable. Es el nuevo señor de la montaña, buitre voraz que necesita carne humana para alimentarse. Se extiende a las vacas, vive en la leche, en la carne, en el aire, se esconde en los rincones, en la ropa, en el polvo del camino, en el beso de la madre, en el aliento de la novia, y allí, artero, solapado, alevoso, acecha el momento propicio y da el golpe.
Tirano absoluto, odiado, y combatido por todos, parece que de todos se burla, e invencible, omnipotente, cada día afirma más su señorío en las sierras.

Néstor pudo apreciar esa mañana, todo el dolor de esa tragedia.
Contreras vino a buscarlo, al Hotel Colinas, donde se alojaba, y juntos se dirigieron a misa. Cuando llegaron, ésta ya había comenzado. La pequeña iglesia colonial se hallaba atestada de gente, que devotamente seguía la ceremonia oficiada en latín por el cura.

- Kyrie, eleison…- percibió Néstor, en el murmullo de voces. Esas palabras habían resonado en las viejas bóvedas desde hacía centenares de años. En tiempos pretéritos, todas las mañanas eran repetidas por los indios de la factoría, almas infieles, ganadas para el cristianismo por los padres jesuitas. En el viejo altar, en el vetusto coro, las repetía el eco, como si esos muros adquiriesen musicales sonoridades, a fuerza de vibrar sus moléculas con las mismas palabras.

Néstor cerrando los ojos, imaginó la solemnidad de esas pasadas ceremonias, donde salvajes y civilizados se unían en un mismo deseo, en una misma aspiración.

- Gloria in excelsis…

Veía la multitud de indios semidesnudos, postrarse ante los símbolos sagrados, poseídos por el temor de lo incomprendido, ofreciéndole su sumisión de niños grandes. Seres arrancados a la azarosa vida de una guerra continua, fieros cultores del valor, venían a deponer, ante el ser supremo de los hombres blancos, su espíritu de salvajes, en las frases sacramentales.

- Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

La nueva religión cambiaba su idiosincrasia, y los tornaba, de sanguinarios guerreros, en mansos corderos, en dóciles instrumentos de esos hombres de negra sotana, en cuyas manos, bajo cuya autoridad y para su provecho, arrancaban la riqueza de la tierra, levantaban poblaciones, y contribuían a fortalecer una autoridad, que los transformaba, de hombres libres, en pobres cosas despreciables, sin individualidad, sin atributo de la dignidad humana.”


Conmovida, Ariadna cerró el libro reafirmando todas sus sospechas sobre el pasado de la ciudad. Tantos años reclamando la reivindicación histórica de un turismo sanitario negado por décadas.

- Lo intentaron, pero sin dudas… no pudieron con todos.


OPROBIO

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/11/2018 12:00:00 a. m.

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El otro altariano, recuperó la postal desechada por el Licenciado Adriano Pezzoni y se retiró de la casona de granito rosa tan furtivamente como había llegado. La noche fría reposó un largo rato en su pecho mientras caminaba por el Bv. Carlos Pellegrini con rumbo al arroyo, pensó que su desazón se infiltraría como un mal sueño en su yo del presente, que de seguir con vida andaría por los 70 años. La paradoja lo angustió y se percibió muy solo al comprender que la elección del coleccionista había sido su primer fracaso como mentor.

Se detuvo frente al chalet Los Espinillos de Manuel de Falla y tomó asiento en el banco de piedra contiguo al portón de entrada, removió todas las fotos y postales que tenía en sus bolsillos y aprovechando el alumbrado público se concentró en una del Primer Paredón:


¿Quiénes habrían sido todas esas personas? ¿Quién se interesaría en sus olvidadas existencias? En ese momento, sólo a él, y de contar con las coordenadas temporales podría desplazarse hasta el instante justo en que la escena fuera obturada pero… ¿Para qué? La historia se encarga de los grandes relatos y la vida cotidiana es apenas una curiosidad para algunos investigadores. Tras el incidente en el estudio de Pezzoni, hasta comenzaba a dudar del compromiso que había asumido con el primer altariano.

- Revisa el retiro.

La voz de su instructor aconsejándole desde el pasado, le recordó que carecía de un protocolo para remontar el equívoco. Volteó la tarjeta y halló un manuscrito en inglés:

  

"Señora
M. Chaudet
Observatorio
Córdoba

Dear Mrs. Chaudet

Just
a few lines hoping
You are both in good
health.
And also to let
you know that we
have returned today.
Hoping to have the
pleasure of seeing
you very soon.
Kind regards
Yours truly A.R.”

“Querida Señora Chaudet, Sólo algunas líneas esperando que ambos estén con buena salud. Y también para hacerles saber que nosotros hemos regresado hoy. Esperando tener el placer de verlos a ustedes pronto. Saludos cordiales, atentamente A.R.”

Apenas unos renglones de formalidad anunciando el regreso, la invitación de cortesía y los saludos necesarios para reafirmar la amistad entre familias conocidas, un idioma ajeno cifrando el mensaje ante lecturas inoportunas. Nada más.

- Revisa el retiro.

Se imaginó con la espalda tatuada por instrucciones que no podía leer mientras era rodeado por Preceptores del Superestado Global incapaces de contener las carcajadas.

Se imaginó escribiendo el reverso de su propio destino como una postal para cambiar el rumbo de una pequeña historia dentro de la Gran Historia.



LEALTAD

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/07/2018 12:00:00 a. m.

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Le quitó el polvo a su cronoviatorem y lo resguardó bajo un fanal invisibilizador, luego fue extrayendo de los bolsillos cada fotografía incautada y las revisó con una lupa.

La primera capturaba el espejismo de la villa serrana, surgiendo de una vegetación xerófila extinta tras siglos de depredación:




La segunda documentaba la presencia de vaya a saber qué vestigios de civilización primitiva, desgranándose a la luz de la ignorancia:




La tercera captaba un instante de solaz de aquellos antepasados que apenas alcanzaron a dominar la distancia entre sus viajes:



La cuarta registraba el interior de un espacio litúrgico construido en torno a la fe, una creencia resquebrajada por la ascensión del neo nihilismo.




El Superestado Global le había encomendado un rol antipático para los viajeros del tiempo que todavía continuaban desplazándose en la clandestinidad. Tras la proscripción, los Preceptores fueron entrenados para controlar sus sentimientos mientras perseguían a coleccionistas y saqueadores históricos. Su mayor mérito consistía en la absoluta carencia de nostalgia, sin embargo al contemplar la quinta postal confiscada, el pulso le tembló. 

Había en ese paisaje montañoso y de construcciones ferroviarias, un eco de familiaridad que lo dejó inactivo por algunos segundos. Al girarlo para buscar algún dato que explicara aquel arrebato inoportuno, encontró un manuscrito:

“Sra. Lola de Montenegro:
Un afectuoso saludo les envía a todos
desde estas hermosísimas sierras
en donde nos encontramos muy  bien.
La amiga que los aprecia,
Amparo.”

Recogió todas las postales, las colocó en el centro de su incinerador portátil y pulsó el encendedor.


Las memorias de Altaria y Tagacia, se confundieron en un manojo de cenizas que fueron succionadas por el ducto de vacío hasta la compostera colectiva.

(Las postales de la presente entrada, no forman parte de la Colección Villarreal).

ESCUELA

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 9/04/2018 12:00:00 a. m.

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Sentado tras un desvencijado escritorio de chapa plegada, el profesor Ósman Iglesias Goliardo  repasa alfabéticamente el listado de sus alumnos para que le entreguen la monografía solicitada como tarea. Sabe de antemano que la mayoría de las carpetas que se van acumulando sobre el palimpsesto de nombres y groserías grabadas a punta de compás en el esmalte gris azulado, apenas tienen un interés que pueda reclamar su atención y son la puesta en escena de una representación ociosa: mientras él simula que enseña, los adolescentes fingen aprender. El timbre del recreo baja el telón pedagógico de su compromiso laboral y abandona la institución con un saludo apresurado.

Ya en su casa prepara una infusión de hierbas y se aboca a leer superficialmente el trabajo práctico recibido en nombre del cumplimiento, cuya consigna consistía en seleccionar un sitio que por su valor cultural, justificara el rango patrimonial que posee.

Abre al azar uno de los informes y suspira resignado al leer una página copiada textualmente del libro “Viejas Estampas de Alta Gracia” de Jorge Zemborain.


LA GRUTA DE LOURDES


"Pocos parajes tan pintorescos y apropiados habrán servido de marco a la erección de santuarios en honor a la Virgen de Lourdes. La policromía de las sierras, lo abrupto y ríspido del lugar, ese enorme socavón natural en la piedra formando la gruta, el arroyo que corre a pocos metros y ese maravilloso y límpido cielo azul, característico de Córdoba. El exquisito perfume de los aromitos y el tan peculiar de la peperina embalsamando el ambiente, son dignos marcos a tan venturoso propósito. Y todo esto lo habrá apreciado -sin dudas- doña Delfina Bunge de Gálvez, esposa del escritor cuando con otras damas, eligió el lugar para tal fin. Con el tiempo fueron una realidad, y hoy el santuario es visitado por gran número de fieles y promesantes, de continuo.

Y llegado el 11 de febrero de cada año, la congregación de devotos es multitudinaria, ya que ese es el día consagrado a la Virgen. Largas filas de peregrinos que marchan desde la ciudad de Córdoba hasta el santuario, en interminable caravana cubren, literalmente, la ruta 36, que, hasta muy avanzada la noche, está poblada de rezos y oraciones. Como así también, de canciones, risas y corridas por trechos, de los más jóvenes. Todos acuden devotamente a rendirle sus tributos, y es conmovedor comprobar que toda esa multitud, se mueve por la fe, por sus más arraigadas convicciones. Y no faltan los que llevados por diversas promesas, se llegan al pie mismo de la imagen, marchando largos trechos sobre sus rodillas, con manifiestos propósitos de mortificación y expiación de culpas.”


“La capilla construida sobre una sierra cercana es pequeña pero bonita, con una incomparable vista en derredor. Y por detrás de ella, en otra sierra más alta se eleva una imponente cruz, que se visualiza desde gran distancia. Para llegar a ella es menester recorrer el “vía crucis” construido en el ascendente sendero que culmina en la cima donde está enclavado, justamente el monumental símbolo de la cristiandad. El hacer las estaciones, es una experiencia subyugante y emotiva.

Todo allí es paz y serenidad, el cielo diáfano, el trino de los pájaros, y hasta el reptar de alguna víbora inofensiva, o la carrera asustadiza de las lagartijas. En verdad que en tal lugar y semejante escenario, uno se siente poseído del misticismo, y se acerca sin dudas, mucho a Dios.”


Pero por esta vez, al Profesor Goliardo se le agita la respiración, porque los folios incluyen postales originales de La Gruta, entre las que se destaca una con la construcción de la capilla. Impulsado por su afán coleccionista, arranca los tesoros fotográficos y anota un diez en el listado de calificaciones, más tarde inventará una excusa para no regresar las carpetas a sus alumnos.